Las opiniones, consejos, límites y barreras socialmente establecidos no son tuyos. Te rodean, flotan en el ambiente en todo momento y lugar en que te encuentras, pero son de otras personas.
Validar o invalidar cada uno de ellos es lo que los convierte en tuyos. Es tu opción, y tu responsabilidad. Su aceptación tácita te anula. Y contrariarlos de forma sistemática también lo hace, porque permites que se conviertan en el factor único y exclusivo que guía tu camino.
Conócelos siempre, somételos a tu filtro y haz lo que tú harías.