Los Mastermind son el centro

Ayer Jesús publicaba sus impresiones al respecto de su participación en los Mastermind Groups de Aprendiendo GTD, a raíz de la mirada retrospectiva que ha llevado a cabo su grupo en su última reunión y tras ya varios meses de rodaje.

Se trata de un feedback que viene a confirmar lo que ya se aprecia con claridad si tienes la oportunidad de asomarte a una de sus reuniones. Con el mundo de la efectividad en general o GTD® en particular en el centro, se llevan a cabo encuentros donde hay mucho más.

Esos primeros meses de rodaje son necesarios para encontrar la estabilidad necesaria para que todo fluya. Tras la puesta en marcha inicial de cada grupo, las primeras semanas —incluso meses— se centran en la búsqueda de esa estabilidad. Existe la persona que ha querido y, a causa de algún cambio importante en su situación personal o laboral, no ha podido. Existe la persona que ha querido y ha dejado de querer. Incluso existe la persona que ha querido, ha dejado de poder, y sin embargo tiene el firme compromiso de regresar cuando su situación personal se lo permita.

En definitiva, los Mastermind no son para todo el mundo. Como GTD®. Y como cualquier otro aspecto en nuestra vida que requiere de algún tipo de compromiso y esfuerzo. Hay quien le encuentra valor, y hay quien no. Hay quien encuentra retorno a ese sacrificio, y hay quien no. Y la primera etapa de vida del grupo se encarga de estabilizarlo de forma natural.

Pasada esta etapa, lo que queda es un grupo de personas comprometidas con el aprendizaje. Y también comprometidas con el resto de personas que forman el grupo, porque se establecen unos lazos que forman parte fundamental del motor que ayuda a avanzar al grupo en bloque. Lazos que te ayudan a hacerte el hueco cuando está complicado, que te ayudan a prepararte un tema para poder exponerlo del mejor modo posible, y que te ayudan a mantenerte firme en tu propósito aún en momentos bajos. Lazos que facilitan el cambio.

Los Mastermind son aprendizaje y son refuerzo del aprendizaje, ambas cosas. Un refuerzo real, continuado de forma indefinida en el tiempo, e interactivo. Que se adapta a tu vida y a la del resto de integrantes, que se mueve en la dirección que eliges y al ritmo que necesites.

Un aluvión de información en un período corto de tiempo no supone más que eso, información. Puede tener más o menos valor en función a la calidad de dicha información, pero su alcance real siempre estará (muy) limitado. Se trata de la misma información que encuentras en un libro o en un vídeo. No existe intercambio, la comunicación es de vía única. Y sobre todo no existe acompañamiento durante tu proceso práctico de aprendizaje, que es donde se pondrá a prueba tu comprensión sobre toda esa información. Quizá para determinados fines concretos sea un aspecto intrascendente, pero en el aprendizaje de una competencia su relevancia es vital.

Por ese motivo los bombardeos concentrados de información tienen un valor limitado, existe una barrera que no pueden traspasar. Sin embargo el acompañamiento continuado, unido a diferentes variables que trabajan para fortalecer tu compromiso y a chorreos de información más espaciados en el tiempo, es lo que marca la diferencia. Puedes digerirla, puedes ponerla en práctica y puedes ponerla a prueba. Y puedes interactuar con personas que están haciendo lo mismo, y encontrándose con las mismas dudas o dificultades.

Los Mastermind son el centro alrededor del que se puede construir de forma ilimitada, el aluvión de información no es más que un complemento. La información espaciada basada en la experiencia, la capacidad de poner a prueba cada pequeño punto de mejora que vas descubriendo y el acompañamiento a lo largo de todo el proceso son la mejor apuesta para garantizar un aprendizaje sano, continuado y divertido al que puedes aspirar. Y puedes hacer esto junto a otras personas, tan diferentes y sin embargo tan parecidas a ti.