Detalle irrelevante y cambio inducido como prueba de expertise

Si tienes un alto nivel de conocimiento y expertise sobre una materia concreta que a muchas personas interesa y pocas conocen de cerca, dedicarte a repartir conocimiento seguramente podría adjetivarse como algo relativamente sencillo.

Sin embargo, a medida que el porcentaje de potenciales personas interesadas decrece y el de personas expertas aumenta, el relativamente sencillo inicial pasa a convertirse en otra cosa. La posición dominante deja de serlo por defecto y el error, que antes pasaba inadvertido, ahora se paga.

No todas las personas que llegan a encontrase en esta situación reaccionan del mismo modo. Algunas encuentran en esta situación una oportunidad para aprender y avanzar. Otras, sin embargo, encuentran una amenaza y adoptan la estrategia fácil encaminada a diferenciarse a cualquier precio.

Dos de las apuestas frecuentes en este tipo de casos se basan en el detalle irrelevante y en el cambio inducido. En el primer caso, trata de aprovecharse un nivel exhaustivo de detalle —con frecuencia de nulo valor añadido— como demostración de expertise. En el segundo, se va aún más allá y se fuerzan determinados cambios —con frecuencia erróneos, difusos, o cuanto menos asentados en una base más que cuestionable— para una vez más, marcar la diferencia.

Siempre, el perjuicio se lo lleva la parte más vulnerable. Aquella que se acerca al referente desde una posición humilde y abierta, que reclama y aplaude su consejo sin capacidad para —ni intención de— cuestionarlo. La parte vulnerable que lo es porque levanta barreras y confía.

Si te quedas al lado de la parte vulnerable quizá no destaques, o quizá sí. Depende en qué. Si lo haces por convicción, quizá te importe poco. Pero más allá de ello, se encuentra una pregunta y su respuesta. ¿En qué y a qué precio quieres destacar?