Esa maravillosa estrategia que te ayuda a ganar en tranquilidad y preservar tu energía para otros aspectos más importantes de tu vida. Tú ya haces uso de una especie de descarga cognitiva a diario aunque no lo sepas, aunque ni siquiera tengas muy claro qué significado tiene.
Un ejemplo:
Llegas a un enorme centro comercial en el que nunca has estado, entras al parking, das vueltas y vueltas hasta llegar a la zona más recóndita de sus entrañas, y ahí está. Una plaza libre te espera. Aparcas, te bajas del coche, y tomas una artística foto de tu coche junto a un pilar naranja con la inscripción G-8. Y esa foto, que supone una inversión mínima, te aporta una gran tranquilidad.
Quizá no sepas regresar como si conocieras el parking como la palma de tu mano. Pero sí sabes que, en el peor de los casos, esa foto te ayudará a regresar a ese punto de nuevo con poco esfuerzo. Te permite olvidarte y centrarte en otras cosas. Quizá no sepas explicar desde un punto de vista técnico qué supone tener esa foto, cómo actúa a nivel cognitivo el hecho de saber que la tienes, o enumerar una gran lista de beneficios de haberla tomado. Pero sí tienes claro que te tranquiliza, porque te ayudará a regresar sin la necesidad de recordar el camino de vuelta.
El acto de tomar esa foto surge de modo totalmente instintivo y natural. Si tomas la decisión de profundizar un poco en lo que conlleva, es posible que puedas detectar otras situaciones en que aplicar ese tipo de descarga cognitiva te resulte realmente útil. Después de todo, invertir poco para obtener mucho siempre parece una buena idea.