Cuidar los detalles

Cuidar los detalles

Cuando haces algo realmente bueno es necesario cuidar los detalles.

La envoltura vende, y lo bueno mal presentado deja de ser bueno en parte. Si vendes dulces, donde su presencia forma parte ineludible de la calidad final del producto, no puedes envolverlos en un trozo de papel si te los piden para llevar. Ni correr el riesgo de que se muevan y mezclen, formando un amasijo visualmente cuestionable y fusionando al azar esos sabores que han sido mezclados y compensados con gran cuidado.

En su lugar, puedes tener unas cajitas visualmente atractivas que, además, preservan la integridad de tus dulces en su interior. Un detalle visible e invisible. La cajita no es protagonista en absoluto. Quizá no todo el mundo lo aprecie, porque elimina un problema que ya no verán. Pero sin duda todo el mundo detestaría que no hubieras pensado en ello, cuando el problema apareciese si no existiese la cajita.

Hagas lo que hagas, vendas productos o servicios, siempre tienes la opción de cuidar los detalles. Tienes la posibilidad de potenciar la experiencia. Tienes cajitas en las que pensar, y problemas que eliminar. Existen cajitas de este tipo para diversos aspectos de tu negocio, trabajo, y vida. De tu mano queda prestarles la debida atención.