Seis meses. Ese tiempo es el que ha pasado desde que el pasado 21 de febrero iniciase el camino publicando una entrada en este blog. Una idea, a la que siguió una decisión, y a la que hoy sigue la renovación de un compromiso.
Sigo pensando como pensaba entonces. Escribir todos los días, sea lo que sea, es magia. Es terapia. Es autoconocimiento. Hacerlo público añade una espesa y densa capa de compromiso que va mucho más allá del autoestablecido. Pero también tiene otra cara, más dura.
En estos seis meses he publicado doscientas siete entradas. No todas han sido rápidas, ni fáciles. Ni tenían que serlo. No todos los días me apetecía escribir y sin embargo prácticamente todos lo he hecho. De eso tratan los compromisos. Me consta que, en ocasiones, determinados textos eran demasiado abiertos para que todo el mundo los viese como yo. Pero sin embargo han cumplido como disparador, han motivado a la reflexión.
Cuando comencé a publicar a diario me había marcado esta meta. Seis meses. Y hoy me marco otra. Seis meses más. Así que hoy es el día en que toca sellar la renovación de un compromiso, para conmigo y para contigo. Y mientras, a texto diario, seguiremos avanzando hacia septiembre del próximo año. Un mes que será especial.