Las tres preguntas de la culpa

Antes de ponerte en marcha necesitas tener bajo control las respuestas a las tres preguntas de la culpa.

¿Quién va a culparme? ¿Cómo va a hacerlo? ¿Qué respuesta convincente puede exculparme?

Disponer de respuestas a diferentes combinaciones basadas en estas preguntas reduce o elimina la fricción, te ayuda a arrancar. Te asegura disponer de una barricada en caso de necesidad, una posición segura contra la ofensiva externa.

Cometes un terrible error. Jamás lo excepcional nace de un entorno seguro, ni el foco en la disculpa es camino hacia lo genial.