Cuando basta de [X], se hace necesario alterar el rumbo de la inercia actual. Decidir cuándo basta es algo que te corresponde en exclusiva. No es evidente, ni habitualmente está escrito en ningún lugar. Es diferente en cada ocasión. Detectar ese momento oportuno es un arte.
Te pondré un ejemplo.
El personal de mi empresa se enfrenta a diario a averías de agua que causan determinados daños, bien sea en la propia vivienda o negocio, bien en terceros colindantes. El primer paso se centra en localizar cuál es el origen de ese daño (la rotura de una tubería, por ejemplo) para corregirlo. Tras eso, es necesario proceder a reparar todos los desperfectos ocasionados (tanto por la propia avería en sí, como por los trabajos realizados para localizarla y repararla).
Hay determinados daños que requieren de unos plazos técnicos ineludibles, por ejemplo reparaciones en pintura o parqué. Sólo cuando los niveles de humedad bajan de un punto admisible pueden efectuarse las reparaciones con seguridad y garantías. Y para ello, se hace un seguimiento del daño verificando regularmente los niveles de humedad con máquinas, lo cual permite conocer cuándo ha llegado ese momento.
Sin embargo, el agua es un elemento caprichoso. Hay ocasiones en que los secados se producen de forma más rápida. Hay otras en que se producen de forma más lenta. Incluso hay ocasiones en que antes de que los niveles bajen, suben. Esto se produce a causa de que el agua puede quedarse almacenada en zonas como forjados durante un tiempo y, en algún momento, decide abandonar su escondite y manifestarse de nuevo. Existe una amplia gama de factores cuyo comportamiento se ve, además, condicionado por otros.
Y bajo la influencia de todos estos factores y posibilidades te encuentras, tomando mediciones. Evaluando si lo que ocurre entra dentro de la normalidad del proceso, o si puede existir algún problema adicional al ya corregido, que está interfiriendo en el secado. Que se junten en espacio y tiempo dos averías —una más evidente y otra menos— es poco frecuente, pero ocurre.
En una capa superior se encuentra la actitud del cliente. Será cosa del karma, pero suelen coincidir secados lentos y clientes impacientes. El secado se produce lento, los niveles de humedad han subido… ¿Cuándo basta? ¿Cuándo decides tomar otro rumbo porque algo te dice que es necesario?
Seguramente en tu día a día no tengas que enfrentarte a esta situación específica. Sin embargo, es muy probable que sí tengas que hacerlo a otras idénticas en que tu agua es [X]. Si no estás alerta, si no revisas, si no piensas y si no aprovechas el conocimiento que te brinda tu experiencia, el momento adecuado pasará y cuando digas basta será tarde.