Círculos de confort, control, influencia y preocupación

Círculos de confort, control, influencia y preocupación

Confort, control, influencia y preocupación. Cuatro círculos anidados que representan diferentes niveles en tu mundo.

El central y más pequeño de ellos, el área de confort, representa ese lugar en que apenas necesitas esfuerzo para hacer que las cosas ocurran. Es tu zona por defecto, aquella en que te mueves de forma cómoda. Se trata del lugar en que todo ocurre sin fricciones, en piloto automático.

El siguiente representa tu área de control. Representa el lugar en que puedes conseguir que las cosas ocurran, algunas de ellas sin esfuerzo (confort) y otras con esfuerzo (fuera de tu área de confort), pero cuyo éxito o fracaso depende en exclusiva de ti. La principal diferencia con el anterior radica en la fricción —y por tanto esfuerzo a aplicar por tu parte— para generar movimiento.

Por fuera de ellos se sitúa el tercero de los círculos, que representa tu área de influencia. El área que abarca este círculo representa la zona en que tienes poder de influencia sobre qué ocurra, en unos casos total (dentro de tu área de control) y en otros parcial (fuera de tu área de control). Por tanto, en esta zona dejas de ser el único protagonista. Por mucho esfuerzo que apliques, nunca tendrás una garantía total de éxito.

El último y más amplio es el área de preocupación. En la parte en que no confluye con los anteriores, se trata del área al que en muchas ocasiones acuden tus pensamientos si los dejas volar. Todo es posible, pero nada depende de ti. Cualquier tipo de esperanza que deposites en algún lugar de este área estará gobernada en exclusiva por el azar.

Esta representación gráfica no es nueva. Sobre los tres círculos superiores ya hablaba Covey en su magnífica obra Los siete hábitos de la gente altamente efectiva.

Puedes llevar a cabo un proceso de pensamiento en que todos estos círculos se combinan en una diana. Ya sabes cómo va el juego. Más al centro consigas clavar tu dardo, mayor es la puntuación (bien por mayor porcentaje de éxito, bien por menor esfuerzo invertido en ello). Es un juego divertido.

Pero el juego de los ganadores es otro. Se encuentra en desarrollar la capacidad de transformar las cosas para que se muevan entre círculos. Con creatividad, puedes trasladar algunos de tus quiero o necesito hacia el centro de la diana y disparar su porcentaje de éxito. Ese sí que es un juego que marca la diferencia.