Has tenido una gran idea, pero no has hecho nada con ella. Tras esa, has tenido otra. Y podría ser incluso mejor que la primera, pero tampoco harás nada.
Frente a ti, otra persona. No tiene ideas geniales, pero tiene un don a la hora de investigar y profundizar en diferentes recursos. Reunir información de gran valor para pulir esas ideas que has tenido. Pero sin ideas, su genialidad permanece oculta, dormitando.
Y más allá una persona más. Austera, introvertida. Sin capacidad para generar grandes ideas, ni para perfilarlas y darles forma. Ni para investigar, ni para cohesionar. Se trata de una hormiga a la que le gusta trabajar a la sombra, tras el telón. Pero es realmente buena haciendo lo que hace, convirtiendo esas grandes ideas ya perfiladas en algo que puedes palpar.
Si conoces los Roles de Belbin seguro que esos rasgos —y otros— te resultan familiares. Si no los conoces, puedes comenzar por aquí.
Te aportarán información de mucho valor. Y aunque toda esa información está orientada a la distribución de roles dentro de un equipo, recuerda que ese equilibrio también es necesario en tu interior. No siempre la mejor opción se basa en potenciar determinadas habilidades ignorando otras. En muchas ocasiones, a título personal permitimos que algunas de nuestras carencias ensombrezcan grandes aptitudes. Sin que exista la necesidad de destacar en todos ellos, no alcanzar unos mínimos en algunos aspectos resulta en un gran perjuicio para el resultado final.