Hoy voy a hacerte unas preguntas potentes. Puedes tratar de responderlas con honestidad y enfrentarte a realidades incómodas, puedes responderlas sin responderlas para tratar de sentirte realmente bien (prueba superada), o puedes ignorarlas por completo. Solo si optas por la primera opción, leerlas te aportará algo. En otro caso puedes detenerte aquí y dedicar tu tiempo a otra cosa, cualquiera, es probable que te aporte lo mismo.
- ¿Estás muy ocupado u ocupada? ¿Haciendo qué? (No es obvio…)
- ¿Y eso que haces qué te aporta? (Tampoco es obvio)
- ¿En algún momento comparas qué haces y qué querías/deberías estar haciendo? (Incómodo)
- Y si haces esa comparación, ¿qué ocurre? (Más incómodo)
- ¿Por qué crees que te pasa esto? (Una salida para quien ha comenzado y preferiría no haberlo hecho)
Las situaciones te devoran si no te enfrentas a ellas. No pensar en ellas, no evita que te devoren. Evita que te des cuenta (hasta que es demasiado tarde).
Esta es tu oportunidad, unas preguntas potentes y un rato incómodo. Y quizá el mayor avance que has hecho en los últimos meses o años, tú decides.
[Ha quedado una entrada un poco dura. Podría suavizarse mucho, muchísimo, hasta convertirla en inútil. ¿Crees que sería mejor opción?]