Si vives en un lugar de cierta altura, es posible que veas con frecuencia algo relativamente similar a esto. Si no es tu caso, lo habrás visto igualmente aunque con menos frecuencia. Esa foto está tomada desde la ventana de la cocina de mi piso, en Gijón.
Multitud de edificios, unos más altos, otros más bajos… y al fondo, sobre los tejados, el mar. La Playa de San Lorenzo. Desde aquí todo se ve diferente a como se ve desde la calle, cuando paseas. Es lo mismo, pero es diferente.
Sin embargo, a cada zona que miro, tengo claro cómo se vería a pie de calle en ese mismo lugar. He estado allí en cientos, o miles de ocasiones. Y, como te he dicho, al fondo la playa. No se ve, pero está ahí.
Lo que ves en la foto es parte de un barrio llamado La Arena.
Una vista sobre los tejados, una vista a pie de calle… lo mismo pero diferente, y a la vez diferente pero lo mismo. Todo es La Arena. Todo está ahí y forma parte del barrio, mires donde mires u observes desde donde observes. Separar una parte de otra es artificial. Existen diferentes vistas, diferentes enfoques, pero solo un barrio La Arena.
Te ayudaría mucho aprender a desarrollar esta capacidad de manejar diferentes vistas o enfoques sin olvidar como se ve y se siente el todo del que forman parte. Muchísimo.
En GTD®, dentro del eje de la Perspectiva, coexisten estas vistas parciales y una vista global. Separarlas es un proceso forzado, artificial, donde los límites se desdibujan. No tiene sentido que fragmentes el todo, lo que tiene mucho sentido es que te enfoques en sus diferentes zonas sin olvidar el resto.
Lo que ves al mirar sobre los tejados y lo que ves a pie de calle es diferente pero lo mismo. Lo que ves al mirar tu día, al mirar hacia los próximos meses o al mirar a un futuro a cinco años, también es diferente pero lo mismo. Su grandeza está en ser diferente y ser lo mismo a un tiempo. Si deja de ser diferente pierdes, y si deja de ser lo mismo pierdes también.