¿Qué puedes esperar?

El ser humano es experto a la hora de evadir las cuestiones difíciles.

En la práctica totalidad de ocasiones tienes claro qué puedes esperar de alguien o algo. De una persona, una cosa, o una situación. De forma más o menos consciente, esto ocurre.

Éste es el motivo de que alguien o algo te decepcione. Existe una respuesta por debajo de tus expectativas. Ocurre lo mismo a la inversa, puedes sorprenderte gratamente con una respuesta mejor a la que en principio esperabas. Pero raramente te deja indiferente a causa de que no existiese una expectativa previa.

Tienes unas expectativas prestablecidas al respecto de tu amigo, de tu esposa, del coche que acabas de estrenar, de lo que tu nuevo puesto en tu empresa pueda aportarte o del nuevo gel de ducha que acabas que comprarte.

¿Y que hay sobre ti? ¿Haces algo para estar a la altura de tu propia exigencia? ¿Te has planteado siquiera qué exigirte para alcanzar tus propias expectativas?