Público o privado

Hay ocasiones en que te guardas algo para ti. No está listo para abandonar tu protección y pasar a manos del mundo. Y otras en que lo sacas, lo entregas, lo depositas al alcance de una audiencia mucho más amplia.

Un escritor difícilmente publicará un capítulo de una novela que tiene a medias.
Seguramente no entregarás un informe de gran relevancia a tu superior sin haberlo revisado.
Una panadería raramente vende pan que no ha pasado por el horno.

¿Qué marca tu línea entre público o privado?
¿Que esté terminado? ¿Cuándo lo está?
¿Que sea relevante? ¿Para quién? ¿Dónde está la escala?
¿Que te beneficie? ¿A costa de qué?
¿Que no tengas alternativa? ¿Por qué ibas a no tenerla?

Lo que te guardas, lo que nadie ve y disfruta, no existe. Comienza a hacerlo cuando abres las puertas.