El mundo digital sigue abriéndose paso a marchas forzadas entre nosotros. A cada día que pasa gana más y más presencia, desafiando la posición del punto de equilibrio en nuestra vida. Desafía la estabilidad del tándem analógico/digital del año pasado, del mes pasado y de la semana pasada. Además, se trata de un mundo en que las amenazas son menos evidentes para la mayor parte de personas. Y no pasa nada, hasta que pasa.
Es necesario —muy necesario— que prestes atención a tu seguridad mientras te mueves en este mundo infinito.
Es común oír que un servicio cualquiera ha caído ante cualquier tipo de ataque y se han filtrado miles, centenares de miles e incluso millones de contraseñas o datos de usuarios. Pero, lamentablemente, es más común aún oír que 12345 ha sido la contraseña del año.
Es momento —si no lo estás haciendo aún— de que comiences a securizar tu presencia en línea. En pleno siglo XXI, hace tiempo que ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad.
Hay pasos sencillos que puedes dar en esa dirección. Utilizar un gestor de contraseñas en lugar de otros medios menos seguros —e incluso de utilizar siempre la misma contraseña, o variantes— puede ser el primer paso para prepararte. Hacer uso de la autenticación en dos pasos disponible en la mayoría de servicios —prácticamente todos— es una segunda buena práctica que, apoyada en la primera, no tiene porqué suponer ningún trastorno.
A partir de ahí, hay cientos de pequeños tips que pueden garantizarte maximizar tu seguridad en línea. Un ejemplo sería aplicar el sentido común en cada ocasión en que recibes un correo electrónico antes de dar pasos peligrosos, otro hacer uso de una VPN, y si buscas información en Internet descubrirás muchísimos más.
Ayer he recibido mis llaves de seguridad Titan. Unas llaves que me ayudarán a proteger, más si cabe, toda la información vinculada a mi cuenta de Google. En ella se encuentra buena parte de mi vida digital y estas llaves, junto al sistema de protección avanzada, me ayudarán a elevar el muro que la protege de miradas o accesos indeseados.
Si es tu caso, piensa en ello. No pasa nada, hasta que pasa. Te juegas mucho, y dejar tu seguridad en manos del azar es una apuesta francamente peligrosa.