Voy a hablarte sobre una experiencia personal. Sobre como yo he aprendido a lo largo de los años a levantar muros ante el ruido en mi vida. Quizá los ejemplos que exponga aquí no encajen del todo con tu particular visión de tu vida. Si es el caso, con total seguridad serás capaz de identificar los tuyos propios.
Todo comenzó en la sala de Aprendiendo GTD en Telegram. Ayer se mantuvo una de esas valiosas conversaciones virtuales que se dan con frecuencia. En este caso, los mensajes iniciales dieron paso a una temática que —de forma directa o indirecta— está presente siempre en nuestras vidas. ¿Cómo evitar la saturación ante un mundo en que la información con un potencial interés es infinita?
Para dotar de contexto, reproduzco aquí un mensaje que yo mismo envié:
En lo que respecta a capturar, a lo largo de los años he ido reduciendo fuentes (fundamentalmente del mundo digital) hasta llegar a una posición casi extremista.
Me explico.
Hace unos años, yo hacía algo similar a lo que hace Alex o mucha otra gente.
Estaba por ejemplo suscrito a muchísimos feeds y me cree (a mi manera) una base de conocimientos sobre todos los temas que me llamaban la atención, fundamentalmente para aprender.
Todo lo que se relacionaba con temáticas que me interesaban terminaba ahí, en la mayor parte de casos no solo enlazaba contenidos sino que me los descargaba en .PDF para tenerlos por si, por cualquier motivo, dejasen de estar disponibles.
Y con los meses, y años, llegué a crear un engendro de dimensiones considerables.
Hoy ya no solamente lo he borrado todo y no hago esto, sino que los feeds a los que estoy suscrito se cuentan con los dedos de las dos manos.
Cuando navego por Internet mis capturas son residuales, algo tiene que parecerme realmente interesante para que lo capture (salvo que esté buscando información específica para algo que tengo entre manos).
He abandonado las redes sociales. Se publica automáticamente lo que escribo cada día en el blog y entro de cuando en cuando un par de minutos en Twitter o LinkedIn (que son las únicas que se han salvado, al margen de Telegram o Slack) para recomendar algo que me guste. En Twitter eliminé a todo el mundo que seguía y ahora solo sigo cuentas relacionadas con GTD, básicamente.
Apenas veo Tv (alguna serie, muy poco), no veo noticias.
Yo tengo un trabajo que requiere de mi atención muchas horas al día, de forma directa o indirecta. Aunque a lo largo de los años me he rebelado contra ese aspecto, me he dado cuenta de que mantenerlo en un estado saludable exige esa atención, por lo que mi única alternativa para ganar en ese aspecto es que otra persona haga lo que yo hago y he descartado al menos por el momento esa opción.
Dado todo eso, me he quedado con una serie de pilares básicos (sin orden de preferencia):
– Mi empresa
– Mi unidad familiar (nota: y amistades)
– Algo de tiempo para mí (que es poco y fundamentalmente dedico a aprender cosas nuevas, a escribir en mi blog, y a Aprendiendo GTD)
Con eso, mi tiempo y mi atención están en los límites de lo abarcable. Lo demás, al margen de una necesidad puntual, se queda fuera. Y que se quede fuera comienza por eliminar o reducir al máximo de forma proactiva todas las fuentes de inputs que no guarden relación directa con esos tres pilares, en la medida de lo posible.
Hay que sacrificar unas cosas por otras, una vez tienes claro lo que de ningún modo puede salir y lo que eres capaz de abarcar, el resto es fácil aunque la pérdida nunca sea bienvenida.
Por no tener, no tengo (no uso) ni una aplicación de notas a día de hoy. Creo que las personas, en general, tienen poco claro qué es importante para ellas y dónde están sus límites. Y eso las mantiene en un limbo en el que no son capaces de encontrar su lugar.
Como sabrás, en GTD® el primer paso del flujo de trabajo se denomina Capturar. Y capturar consiste en recopilar todo aquello que llama tu atención en una serie de contenedores de confianza externos a tu mente (Bandejas de entrada) que posteriormente vaciarás (cuando apliques el segundo y tercero de los pasos del flujo respectivamente, Aclarar y Organizar).
Como es probable que sepas también, al capturar no se aplica ningún tipo de filtro. Lo que llama tu atención, se captura. El proceso de pensamiento y toma de decisiones (qué me sirve, qué no me sirve, qué va ahora o qué va más tarde) recae de lleno en el paso de Aclarar. Esto quiere decir que, en el caso de capturas que tú recopilas, este proceso lo haces sobre «cosas» que ya has, de algún modo, permitido entrar a tu vida. Y este proceso tiene un coste, porque aún cuando tomas la decisión de que «eso» que has capturado no te sirve para nada y lo eliminas, has tenido que invertir unos recursos.
Parece por tanto que evitar capturar aquello con menos valor para ti es altamente aconsejable, al menos desde el punto de vista de la eficiencia. Sin embargo, parece difícil hacer esto si cuando capturas no filtras de modo alguno.
Pero hay modos de acercarse a ello, y uno es precisamente levantar muros ante el ruido.
Vivimos en un mundo en que la explosión de información es infinita y tu capacidad de hacerle frente es limitada. En este entorno, levantar muros ante el ruido es una práctica más que saludable. Te ayudará a centrarte en aquello que es más importante para ti.
Adjunto otra de mis intervenciones posteriores en la misma conversación:
Antes de las bandejas de entrada, están las potenciales fuentes de capturas. Lo que llega a una bandeja de entrada ya es algo que debes gestionar de un modo u otro.
Las fuentes de potencial información que llenan tus bandejas también se pueden reducir.
Simplemente, deja Twitter. Ya no hay capturas.
¿Quieres seguir en Twitter? Correcto, es tu vida…
Quizá dejar Twitter supone un extremo al que no deseas llegar. Para saber si realmente lo es, necesitarás conocer tus pilares fundamentales y qué puede aportarles Twitter. Quizá sí que puedas llegar. O quizá puedas llegar a seguir 50 cuentas en lugar de 500. Tú pones tus límites, nadie más. Pero te aconsejo que tus muros ante el ruido existan. Te aconsejo incluso que sean muchos y altos, en la medida de lo posible. No suponen renunciar a tu libertad, todo lo contrario. Sabes que esos límites te harán realmente libre, en tanto salvaguardan aquello que más te importa.
Mantener proactivamente reducidas tus fuentes de potenciales inputs, buscando calidad en lugar de cantidad, te ayudará a abrir y mantener espacio para lo irrenunciable para ti. Para lo esencial. Y en el caso de aquellas capturas que superen tus muros ante el ruido, considera la categoría Algún día/Tal vez como una gran aliada.
Siguiendo la línea de decir mucho sin decir nada, te dejo una frase resumen. Dale una vuelta:
Ve con cuidado, podrías perderte algo. O quizá lo que de veras te importa está en otro lugar.