La mentira crea lazos efímeros. Y la demagogia. El elitismo, la falta de transparencia, la soberbia, la envidia, la avaricia. Todo ello crea lazos efímeros.
Lazos que cuesta mantener amarrados, que pesan más y más cada día que pasa. Existen muchos modos de crearlos, y muchos modos de mantenerlos. Pero son lazos que se esfuman, antes o después.
Para algunas personas no existe otro tipo de lazos. No están dispuestas a pagar el precio.
La honestidad crea lazos perpetuos. Cuando los lazos nacen desde una actitud honesta, se mantienen solos. Se fortalecen sin necesidad de que hagas nada para ello. Se vuelven irrompibles, se ven, se sienten, casi pueden tocarse.
En general, los lazos perpetuos no se buscan. Emergen, cuando se dan las condiciones.
El tiempo es un juez implacable. Todos los lazos hacen pública su naturaleza, antes o después. Y todas las intenciones, siempre.