La paz

Una de las grandes virtudes de tener un blog personal es poder, hasta el límite que desees marcar, escribir sobre lo que quieras. Y hoy he decidido hablarte sobre la paz y su profundo significado.

En castellano, el término paz se define por la R.A.E. como:

  1. f. Situación y relación mutua de quienes no están en guerra.
  2. f. Pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la turbulencia.

Es decir, fundamentalmente utilizamos este término (en una de sus acepciones más comunes) para referirnos a la ausencia de conflicto. Sin embargo, su significado ha ido sufriendo variaciones a lo largo de la historia.

En la biblia, el significado que se otorga al término paz es diferente a nuestra actual concepción para esta palabra.

La biblia fue escrita en hebreo y arameo —el Antiguo Testamento— y en tres tipos de griego (póntico, ático y homérico; koiné) —el Nuevo Testamento—.

En el Nuevo Testamento, el término paz se ve representado como eirênê (de aquí procede el nombre propio que conocemos hoy, Irene). Pero se trata de una variación cuyo significado riguroso debemos buscar en el Viejo Testamento.

Y en el Viejo Testamento, en hebreo, el término paz se ve representado por shalom. Seguro que conoces y has oído o escuchado este término. Sin embargo, shalom difiere en su significado de lo que entendemos por paz en castellano.

Shalom, en hebreo, procede del término shalem. Para entender esto, son necesarias algunas nociones sobre el hebreo.

En el hebreo antiguo no había vocales —solo cuatro consonantes que se pronunciaban de un modo similar a lo que hoy son vocales, para convertir en pronunciable lo impronunciable—. Las vocales llegaron en el s. VI d.C. con los monjes masoretas, que comenzaron a colocar una serie de puntos y símbolos a las consonantes para ejercer esta función. Es decir, el hebreo bíblico con que se escribió el antiguo testamento estaba formado por puras consonantes, sin vocales. Veintidós.

Debido a esto, hay muchas palabras con las mismas raíces dado que, con la llegada de las vocales, un término antiguo formado por consonantes en exclusiva dio lugar a diferentes combinaciones añadiendo las vocales. En estas circunstancias, nacen términos de una misma conjunción de consonantes pero que se pronuncian diferente debido a que cambian sus vocales. Ocurre que estos términos tienen irremediablemente ligado su significado, y es lo que pasa con shalom (שָׁל˙ם) y shalem (שָׁלֵם).

Mientras shalom significa paz, shalem significa integridad. La paz, en su versión original bíblica, es una consecuencia de la integridad.

Como puedes ver, esto difiere enormemente de nuestro concepto actual. Mientras actualmente relacionamos la paz con la ausencia de conflicto, en hebreo antiguo la paz era el estado al que se llega a través de la integridad. Y para nada tiene que ver con la ausencia de conflicto.

De hecho, poner la integridad por delante aún sin buscar el conflicto, sí deriva en que éste se produzca en muchas ocasiones. En su significado en hebreo, la paz puede generar conflicto a causa de la búsqueda de la justicia. Puede generarse una guerra por la paz.

Muchas de las más conocidas figuras de nuestra historia —antigua o reciente— que se han postulado de forma íntegra en pro de necesarios cambios socioculturales o en contra de movimientos discriminatorios, que han buscado la paz a través de la integridad, han abandonado nuestro mundo en medio del conflicto o la violencia como consecuencia de sus actos. Grandes pacificadores que han predicado un mensaje de paz cargado de justicia, verdad e integridad, y sucumbido ante el conflicto violento en su misión no violenta. Se te ocurrirán varias figuras que encajan en este patrón, comenzando por Jesús de Nazaret.

Se trata de una reflexión muy interesante que puede hacer que te replantees muchos paradigmas, y le des vueltas a determinadas interpretaciones que has podido hacer de textos bíblicos si eres una persona cristiana. Y si no lo eres, cuanto menos se trata de una curiosidad interesante, ¿verdad?

Fuentes: Gracias al Dr. Yattenciy Bonilla por su constante búsqueda del conocimiento, y por compartirlo de forma abierta. Y por supuesto gracias a mi amigo Justi por ser una fuente inagotable de información, ideas, e invitaciones a la reflexión que me ayudan a mejorar a través de cada conversación que compartimos.