Esfuerzo sin más no vale

El esfuerzo está sobrevalorado. Siempre, desde el comienzo de nuestras vidas, se nos ha instado a esforzarnos al máximo para conseguir los mejores resultados.

Sin embargo, el esfuerzo en sí mismo, sin más puntualización, es un término vacío.

Si quieres abrir una puerta girando la llave en el sentido incorrecto, por mucho que te esfuerces no podrás abrirla. Y a más esfuerzo, las posibilidades de que deteriores la cerradura o rompas la llave se acrecentan. Esto no solamente no supone un avance, sino que te lleva en sentido contrario al deseado.

El trabajo realmente duro y que realmente produce grandes resultados es previo a aplicar esfuerzo, y se basa en decidir dónde y de qué modo aplicarlo. Esfuerzo sin más no vale, precisa aplicarse con enfoque y dirección.