Un poco de humor para comenzar la semana: el secreto de la felicidad se encuentra en no discutir con idiotas.
Más allá de la broma o el impacto inicial de este tipo de viñetas, se encuentra una moraleja que adquiere tintes casi dramáticos si se analiza detenidamente.
Algo ayer me ha recordado que este borrador esperaba ver la luz en el momento adecuado. Seguro que conoces a alguna persona tóxica a quien el sentido de esta viñeta le viene como anillo al dedo. No discutir con ellas no es fácil, porque aún cuando tratas de no hacerlo te persiguen. Necesitan hacerlo, necesitan vencer. Necesitan ser más, estar por encima.
En realidad, lo hacen buscando cubrir una serie de carencias fundamentales que han reducido a mínimos el sentido de su vida. Tratan de llenar ese vacío con esas pequeñas victorias irrenunciables. Unas victorias que se convierten en la mayor de sus drogas. Ninguna persona con una vida emocionalmente saludable necesita constantemente aprobación, baño de masas o victoria sobre otras.
Cuando esto te ocurra, cuando una de esas personas se cruce en tu vida, no caigas en su trampa. Detente, dota la situación de perspectiva y aléjate. Levanta muros ante el ruido, aunque te persiga. Ella te necesita, pero tú a ella en absoluto. Corrompe lo que toca. Uno de los ingredientes fundamentales del secreto de la felicidad se encuentra en rodearte de personas que aportan a tu vida.