El momento adecuado

Cuando piensas en cosas que quieres o necesitas hacer, para muchos de esos supuestos existe un momento adecuado. Que un momento sea más adecuado que otro para hacer algo concreto depende (o puede depender) de muchísimos factores.

En unos casos, puede depender de las condiciones climatológicas. En otros, del año, mes, semana, día, o incluso momento en que te encuentres. Hay casos en que puede depender de que te encuentres en un lugar, o con una persona, o incluso con varias. Y existen casos en que puede depender de tu estado de ánimo.

A esos factores que pueden condicionar y convertir un momento en más adecuado que otro —y que pueden tender al infinito— hay que sumar que, además, en la mayoría de ocasiones la dependencia se basa en una combinación de varios.

Visto así, podría parecer que elegir ese momento para hacer algo requiere de un complejo proceso de análisis de factores y condiciones. Y en muchas ocasiones puede ser cierto.

Sin embargo, hay otras —miles, millones— en que determinar el momento adecuado es mucho, muchísimo más sencillo. Y es tan sencillo porque se trata de una constante: Ahora. No es difícil detectar este tipo de situaciones en que su momento es ahora, sabes reconocerlas perfectamente.

¿Cuál es el mejor momento para aprender? ¿Y para apoyar? ¿Cuál es el mejor para detenerte y evaluar? ¿Y para ayudar a alguien? Otra cosa es que esperar un momento más apropiado sea la excusa perfecta, ¿verdad?