Si estás haciendo algo realmente grande, algo que realmente produce cambios relevantes, no le gustará a todo el mundo. Ni siquiera a la mayoría, al menos por ahora. El trabajo honesto pocas veces ha sido plato de gusto de las masas.
Tener en cuenta el perfil de quien lo elogia y el de quien lo detesta o critica, te dará pistas sobre qué tipo de cambio puede arrancar, la potencia de su impacto y a qué nivel puede manifestarse. Analiza, pero no te detengas.
La mayoría, o todo el mundo, puede llegar después. Y el consenso. Si llegan. Pero no son necesarios. Muchas personas esperan lo que se puede esperar, lo continuo, lo predecible. Enfócate en el resto. Centrarte en el consenso es garantía de fracaso. Excepcional y universal se repelen en su primer encuentro.