A qué renuncias, y qué obtienes

Permíteme recomendarte una película: Nomadland.

Desconozco si ya la has visto, y desde luego no puedo garantizarte que te guste. Pero sí creo que puede ayudarte a pensar. Se trata de una película cargada de historias de renuncia.

Si un día decides invertir 20 o 30 minutos en ti, puedes hacer un ejercicio. Sólo necesitarás un folio y un bolígrafo.

Coloca el folio apaisado, en horizontal, y traza una línea en medio de modo que lo dividas en dos partes relativamente simétricas de una medida A5. Piensa acerca de tu vida actual y lista a uno de los lados todo aquello significativo que hoy la llena. Al otro lado, haz lo mismo con todo aquello destacable que te estás perdiendo.

Cuando hayas terminado, comprueba si cambiarías algo de lado. Seguramente no querrás renunciar a nada de lo que tienes, pero es muy probable que sí quieras obtener algo que no.

Nadie puede tenerlo todo sin renunciar a nada. Y en ocasiones, tener algo vale más que mil renuncias. Lo importante no se encuentra en qué tienes o a qué renuncias por ello. Lo importante se encuentra en dar respuesta honesta a esa pregunta: ¿Cambiarías algo de lado?