Responsabilidad requiere equilibrio

Existe una extendida tendencia a pensar —sobre todo en el mundo empresarial— que el crecimiento está ligado al compromiso, y éste a su vez a una indispensable e ineludible conexión continua entre persona y cargo.

Sin embargo las ideas, el aprendizaje, y las resoluciones a cuestiones complejas se producen con el cambio. El cambio mental de enfoque, de altura, y de pensamiento. Y el único modo de facilitar este cambio se basa en desconectar y conectar.

Desconectar de un rol, de un asunto o de un pensamiento para conectar con otro. Desconectar de una parte de ti para conectar con otra. Abandonar tu rol de CEO para convertirte en deportista, dejar de administrar tu pequeño negocio para ser cliente en el negocio administrado por otra persona, olvidar qué puesto ocupas para convertirte en padre o madre.

La responsabilidad requiere equilibrio. Y equilibrio existe a través de desconexión y conexión. No se trata de establecer y respetar un acuerdo o compromiso con tu familia, estado de salud físico o mental, o la sociedad en general. Se trata de que la excelencia como líder se alcanza permitiendo que otros te lideren, la excelencia en la venta se alcanza comprando lo que otras personas venden, y la solución a ese complejo asunto empresarial puede tener su germen en una frase de tu hijo de ocho años. Excelencia y desconexión van de la mano.