Priorizar en GTD®, ¿cuestión teórica o práctica?

Priorizar en GTD® es algo muy sencillo cuando se dan las condiciones adecuadas.

La práctica totalidad de personas que conozco que se encuentran en el eterno camino de aprendizaje sobre GTD® llegan, antes o después, a un punto en que esta cuestión cobra una importancia vital: cómo priorizar.

Antes de darte mi opinión o consejo, te propongo que dediques 30 segundos de tu vida a ver este vídeo.

Priorizar en GTD®

En síntesis: escucha a tu yo interior, tu intuición tiene la respuesta que buscas.

Habrás leído —o escuchado— que el paso Ejecutar en GTD® se basa en un proceso por medio del cual vas aplicando una serie de filtros. Se trata de un proceso rápido e intuitivo en que aplicas filtro sobre filtro. Cada uno de ellos te ayuda a descartar opciones hasta llegar a una única, aquello que tiene más sentido para ti hacer en el momento y circunstancias en que te encuentras en ese mismo instante.

Algunos de esos filtros llevan aparejados descartes total y absolutamente evidentes —¿dónde me encuentro?, ¿con qué herramientas cuento?, ¿con quién estoy?— pero otros pueden no serlo tanto —¿y de estas cuatro opciones que puedo abordar, aquí y ahora, con cuál me quedo?—.

Para ayudarte a ejercitar este proceso de elección entre tus opciones disponibles que supone el último de los filtros, existe abundante información en Internet. Yo la clasificaría en tres bloques:

– Aquella información que es directamente incorrecta. Hace un flaco favor a la persona que está aprendiendo, aunque llegar a detectar estas incorrecciones es, al final, un paso más en el camino de aprendizaje. Es la que más abunda.
– Aquella que, sin ser incorrecta, desvía tu foco de atención. No es tan abundante como la anterior, pero es tanto o más peligrosa. Lo reviste todo de una complejidad que no aporta, y consigue atraerte con fuerza. Tú ya sabes que el cielo se ve azul. El porqué de ello puede resultar información apasionante, pero meterte en un bucle que te distraiga y aleje en lugar de acercarte a tu objetivo.
– La información pura en esencia, correcta, destilada. El vídeo que acabas de ver. Sin necesidad de complejos rodeos, sin necesidad de decirte qué haces mal y sin necesidad de desviarte de tu camino. Pura. Fantástica.

Si quieres aprender a priorizar en GTD® para nada necesitas complejas explicaciones técnicas, ni hacer un máster, ni sentirte inútil por todo eso que crees hacer mal y no sabes mejorar. Aprender a priorizar no es algo que se hace, es un proceso.

Necesitas interiorizar el hábito de capturar todo aquello que llama tu atención. Aclarar los contenedores temporales en que acumulas —y se acumulan— capturas, pensar y decidir definiendo qué significado tienen para ti y qué hacer al respecto, si es el caso. Organizar la información y recordatorios en un sistema de confianza, que posteriormente vas a Revisar para mantener actualizado y obtener una visión global del estado de tu vida en este momento. Y acudir a tu mente extendida de forma sistemática antes de ejecutar.

Y necesitas tiempo para que esos hábitos arraiguen en ti. Mantenerte firme ahí llama a otras inquietudes, y todo ello junto llama a cambios profundos. Puedes no notarlo a corto plazo, pero cambias cada día. Y uno, sin darte cuenta, te encontrarás priorizando de forma tan natural como respiras. Sin cuestionarte, con el aplomo rotundo que te brinda saber que eso y no otra cosa es lo que tiene sentido para ti hacer en ese momento. Y será una sensación constante, no puntual.

Priorizar correctamente en GTD® es práctica y carrera de fondo. Si corres demasiado te saldrás en una curva. El camino hacia el dominio de GTD® es estresante si tu foco está en llegar antes. En lugar de eso, enfócate en disfrutar y terminar tu etapa de hoy.