Todo es demasiado

Ayer veía un vídeo (parte de un informativo) en que se destacaba el hecho de que muchas personas están abogando por abandonar las redes sociales. Es un vídeo breve y bastante directo, donde sus protagonistas te explican brevemente qué les ha llevado a tomar esa determinación. Y por supuesto las consecuencias que están experimentando consecuencia de ella.

No se trata de una tendencia nueva, viene de tiempo atrás. No te costará encontrar artículos, libros, y material de todo tipo (una gran parte del mismo, irónicamente, en las propias redes).

La cuestión es que aunque las redes sociales son un magnífico ejemplo de lo que ha ocurrido —y está ocurriendo—, no son más que uno de tantos ejemplos. Los últimos 20 o 25 años han convertido nada en todo, han trasladado el demasiado poco al demasiado mucho.

Todo lo que te rodea —no solamente las redes— compite por tu atención en nuestro nuevo mundo. En algún momento la escasez se ha convertido en abundancia, y la abundancia en saturación total y absoluta. Esto es desconcertante para el ser humano, que mientras en el pasado tenía un par de opciones, hoy es incapaz de considerarlas todas.

Limitar nunca ha sido opción, hasta hoy.

Ya hemos conseguido crear un mundo en que todo es demasiado. Un mundo en que demasiadas personas no saben limitar. Y es un mundo que no parece tener la voluntad de levantar el pie del acelerador. Pero tú puedes hacerlo. Incluso pisar el freno. Puedes experimentar con el todo y el nada, con el poco y el mucho, con filtrar y limitar, decir sí y decir no. Todo es demasiado y nada es demasiado poco, ¿no crees?