No tienes porqué hacer lo que te pidan. Es atractivo, pero no una necesidad.
Lo que te pidan es algo abstracto. Amorfo, sin sentido. Requiere pensar y evaluar para transformarlo en otra cosa. De lo que te pidan ha de pasar a lo que significa para ti. Necesariamente. Siempre, no en ocasiones.
Dejarte seducir por lo que te pidan es frecuente, a todo el mundo le gusta.
De puertas afuera se siente como compañerismo, como medallas que ponerte, como ayuda y aporte. Bueno para quien pide y bueno para ti, aunque signifique una entrada más en tu apretada lista. Falso. No siempre es así, ni siquiera la mayor parte de las ocasiones.
Si un cliente te pide algo, que lo hagas puede no ser bueno para ninguna de las partes. Si quieres que el mundo te vea, te trate y te respete como el gran profesional que eres, el primer paso es que te comportes como tal. Tu trabajo se basa en aplicar lo que sabes para llevar a cabo la mezcla adecuada entre lo que tu cliente quiere y lo que tu cliente necesita.
Habitualmente tu cliente pide para llegar a un resultado. Casi nunca tiene el cómo, es frecuente que no tenga claro el porqué o para qué, y en ocasiones ni siquiera es el mejor resultado al que puede aspirar. Lo que pide puede ser contraproducente. Lo sabes, y es necesario que lo digas. Un gran profesional no complace, mejora las vidas que se dejan mejorar.