GTD®, enfoque y libertad

GTD® es sentido común. Dar tus primeros pasos implica tener claridad y valor para admitirlo, y dar los siguientes establecer un compromiso consecuente. Pero GTD® es mucho más.
Es pensar en resultados y en el próximo paso que te acerque a ellos.
GTD® es pensamiento, decisión y reflexión. Es actitud más que aptitud.
GTD® es necesidad ante un mundo hiperconectado y saturado. Es explorar, es acoger y también es descartar.

GTD® propone, no impone. Es un modo de pensar antes que un modo de actuar, y es un modo de actuar que no necesita de un modo de pensar. Necesita pensamiento y comportamiento. Necesita que en ocasiones uno gobierne al otro, y que en otras el otro se anticipe al uno.
GTD® abre puertas, no las cierra. Te pone en el centro de un espacio donde tú y solo tú decides hacia donde dirigirte.

GTD® consiste en capturar, aclarar, organizar, reflexionar y ejecutar.
Consiste en tener presentes todas tus opciones. En evaluarlas, pensar sobre ellas y tomar decisiones sobre que compromisos asumes y que compromisos eludes. Y en ponértelo fácil para hacer lo que decidas hacer y avanzar hacia lo que deseas alcanzar.
GTD® consiste en practicar para saber en qué momento correr y en qué momento parar. En qué momento mirar arriba y en qué momento mirar abajo. Consiste en aprender a escucharte y detectar tus necesidades.

GTD® consiste en ser flexible, no en ser estricto. Consiste en mantener la mirada sobre la esencia y no sobre el detalle. Y consiste en retirar la mirada de la esencia y fijarla en el detalle.
GTD® consiste en crear y mantener actualizado y accionable un inventario de tus compromisos que te permita liberar espacio mental y abrir las puertas a la creatividad. Consiste en economizar en recursos que no obtienen retorno y en dedicarlos a lo que retorna un valor por encima de su coste.

GTD® te abre la puerta a derribar el castillo de naipes porque puede construirse de nuevo.
Te hace libre para tomar el camino equivocado porque puedes regresar. Porque aprendes y refuerzas. Porque puedes construir nuevos caminos que hasta ahora desconocías y porque cualquiera de ellos puede ser el correcto.
GTD® te brinda la libertad y confianza necesarias para centrarte y perderte por completo en lo que estás haciendo porque sabes que el resto puede esperar.

GTD® te brinda la oportunidad de ser libre para hacer lo que quieras y cuando quieras sin la amarga sensación de no saber si tendrías que estar haciendo otra cosa.
Te permite mantener el control sobre tu vida, te pone al mando. Te garantiza evaluar y tomar decisiones sobre todo aquello que te importa. Primero no cambia nada fuera, cambia todo dentro. Después cambia mucho fuera, consecuencia de los cambios dentro.

GTD® no es un conjunto de reglas que te someten, sino un conjunto de prácticas que te guían.
GTD® te ayuda a mirar dentro antes que fuera, para ayudarte a descubrir qué deseas. Y a mirar fuera antes que dentro para ampliar o modificar tu círculo de deseos.
Es brújula más que mapa, para ayudarte en tu camino hacia ese lugar. Y es mapa más que brújula, para ayudarte a visualizar donde estás y dónde se encuentra el destino que has elegido.

GTD® no consiste en tener de forma permanente la mirada fija en un destino, sino en tener la capacidad de revaluarlo y cambiarlo. Tampoco consiste en hacer planes inquebrantables, sino en forjar un nuevo plan cada día a sabiendas de su volatilidad.
GTD® te enseña que el mejor modo de tratar con lo incierto es asumirlo como constante y que estar preparado es posible.

GTD® consiste en revaluar donde estás y donde quieres estar con regularidad y hacer correcciones en tu camino.
Consiste en no aceptar que estás en manos del destino y aceptar la responsabilidad de tener algo que decir.
GTD® consiste en distinguir qué no puedes cambiar y qué sí, y centrar tus esfuerzos en esto último. Y en aceptar que estar en continuo movimiento no tiene sentido si no sabes para qué haces lo que haces.

GTD® consiste en salir de la falsa zona de confort que te proporciona el desconocimiento, en asumir que desde la ignorancia tolerada tu única alternativa es convertirte en una persona reactiva en todo momento.
Consiste en elegir proactividad antes que reactividad en cada ocasión que te sea posible. También consiste en prever y anticipar en lugar de reaccionar.
GTD® consiste en hacer lo que debes en el momento adecuado y en saber postergar lo que aún necesita su propio momento.

Recientemente, la David Allen Company ha resumido todo esto y mucho más —en algunos casos lo he obviado, en otros afortunadamente estoy por descubrirlo— en una solemne sentencia: Freedom. Focus. GTD®.

En unos años, si aún no te has ido o si vuelves aquí, descubriremos más. Quizá sigas en tu camino, o quizá busques volver a él. Yo seguiré firme en el mío, con sus curvas, subidas y bajadas, a mi ritmo. Y ampliaremos o reescribiremos esta entrada, juntos, para abrir el mundo de GTD® a quien viene detrás. O mejor dicho, para que GTD® le abra los ojos a su propio mundo.