La diversidad es muy querida.
Diversidad de género, de raza, de opinión, de ideas, de experiencias…
Es cool. Es una idea que vende.
Pero la diversidad amenaza al poder.
En algunas ocasiones, cada vez menos por presión social, se veta. En muchas otras, simplemente se permite como atrezo, como imagen políticamente correcta. Casi siempre, permitida o no, tiene poca voz. Convierte poder de pocos en poder de muchos.
Los dinosaurios son cada vez menos. Y todos caerán.
No estés donde no te quieren o valoran. Tu voz enriquece, aporta, vale. Álzala. Y escucha las demás.