En la medida justa.
Lo haces cada día aunque no te des cuenta.
Cada vez que inicias algo que no sabes como terminará.
No se trata de atender a un impulso sin más.
Puedes pensar, analizar, prever, pero en un segundo todo se para.
Te repites. No puedes afilar la sierra eternamente.
Llega un momento en que es preciso pasar a la acción.
Ese momento existe.
Esa línea que separa la insensatez de la parálisis por análisis existe.
Ésa es tu línea. El momento de saltar al vacío.
No pases tu vida ignorándola.
La consecuencia es la nada.