Mi opinión no cuenta

Tu opinión es huérfana. Has tenido esa sensación, seguro.
Va unida a otras. No me escuchan. No me valoran ni respetan.

Y no aciertas a comprender porque ocurre.
Te esfuerzas por ofrecer soluciones coherentes. Las mejores.
Desde que ha comenzado la conversación tu cerebro ha rescatado decenas, cientos de opciones. Y las ha evaluado, enfrentado y filtrado a velocidad record.
Mientras, hablaban.
No pueden haber hecho un análisis exhaustivo como tú.
Y sin embargo, tu contribución no despierta interés.
Les falta perspectiva. Y sentido común. No es tu culpa.

Valorar y respetar es escuchar.
La próxima vez irá mejor.
Pruébalo.