Cuando quieres mostrar los beneficios de algo no hay nada mejor —máxime ante personas escépticas— que predicar con el ejemplo.
Nadie cambia si no quiere. Simplemente hazlo a tu manera, deja que tus actos hablen y despierten curiosidades. La curiosidad es la antesala del interés, y el interés del compromiso. Y con compromiso sí se cambia.
En ocasiones la actitud pasiva pero firme es la que produce los mejores resultados.