Eludir decidir es decidir

Eludir decidir es decidir. La frase lo dice todo.

Sabes perfectamente que cuando intencionalmente tratas de evadir, eludir y aplazar una decisión que sin embargo sientes que es necesario tomar ya, estás tomando una decisión y eres partícipe de las consecuencias.

Eres lo que haces, y también lo que dejas de hacer. Porque dejar de hacer algo no te exime de las responsabilidades generadas a partir de tu parálisis. Cada día decides —y eliges— hacer algo diciendo no al resto.

Esas decisiones y elecciones —las que implican hacer algo, y las que implican no hacer algo— son el motor que mantiene la rueda girando, que representa tu presente y que condiciona tu futuro.

Esto no es ni malo ni bueno. Simplemente es. Hazte el favor de tenerlo presente y ser, a partir de hoy, un poco más dueño o dueña de tu vida.